domingo, octubre 14, 2007

La necedad de la DNCD




¿ Es la Función de la DNCD montar un aparatosos operativos para agarrar consumidores ?
Esta pregunta que debería resultar absurda por su obvia respuesta, resulta lamentablemente necesaria ante la errática política del bulto y el aparataje que viene realizando el Estado Dominicano desde hace casi dos décadas a través de la Dirección Nacional de Control de Drogas.

Política que Retrata perfectamente el operativo del pasado sábado en el Concierto del grupo de música Urbana Residente Calle 13. En donde agentes portadores de armas de guerra, bajo las órdenes de un Director que piensa que el problema de la Droga es la música urbana, se dieron a la tarea de requisar impetuosamente a todo el que entraba a ver dicho espectáculo.
Y los ciudadanos que pagamos estos costosos operativos, nos preguntamos-

¿Solucionarán estas acciones el problema que afecta mi generación? ó ¿solo le permitirá a la DNCD salir en la prensa ?

Sinceramente quisiera optar por la primera opción, pero el sentido común me lo prohíbe. Y ya esta bueno para masturbaciones mentales, mientras la vida de tantos jóvenes se pierde en el abismo.

Por Dios, ¡Un adicto y un narcotraficante no son lo mismo!, el adicto es un enfermo que necesita atención porque la composición química de su organismo ha sido alterada artificialmente y el Narcotraficante es alguien que fomenta y se aprovecha de esa enfermedad.


El hecho no es que revisen y molesten a jóvenes que van a disfrutar de una música que no le agrada al Procurador General de la República,
la cuestión es que la actuación de la DNCD no tiene sentido a pesar del andamiaje normativistas que siempre ha justificado este tipo de acciones en virtud de su concepción de la la Ley y el terror como la esencia pura de la sociedad.
Es cierto que desde el 30 de mayo de 1988 existe un texto sancionado por el Estado, la Ley 50-88, que regula la materia y establece lo que es droga y le otorga ciertas atribuciones represivas a la DNCD.

Pero una ley debe ser enfocada desde el punto de vista de la finalidad concreta que persigue y en el caso que nos ocupa, la política pública en materias de Drogas basada en la ley 50-88 con la DNCD y su supra poder ha sido un desastre que solo ha incrementado constantemente el tráfico, consumo y de los crímenes violentos relacionados a la droga, hasta el punto de que acapararon formal y públicamente el aparato Estatal, como muestra creo que es menester recordar la tristemente celebre figura de Quirino Paulino Castillo, manejado en los mas altos estamentos de “La Seguridad Nacional”.Por todo lo cual el Estado Dominicano esta en la obligación de reformular el problema y replantear su política en materia de Drogas, a fin de encontrar una solución que ponga fin ó por lo menos ayude a disminuir tanto a este flagelo como a los crímenes violentos conexos.Nosotros no estamos llamando a que se legalice ni nada, por el estilo, pero si que se estudie la problemática al auxilio de las ciencias sociales, fuera de prejuicios y excusas baladíes como las que sostienen que todo es producto de una música malévola como la del regeton. En vez de actuar con sentido común y entender que si un consumidor novato es detenido y llevado a la cárcel, cuando salga será un usuario consuetudinario maleado con los vicios que se aprenden en esos centros de degeneración.
Si se quiere hacer un trabajo real en contra del consumo de Drogas, ya que el Estado no puede reformular nada antes de reformularse así mismo;

Exhortamos a las autoridades a que se guarden sus aparatajes y se enfoquen en labores de inteligencia que permita identificar a los grandes distribuidores con las evidencias necesarias para procesarlos con efectividad ante la justicia y no como ha pasado ahora que someten sin evidencias, resultando entonces que los malos son los jueces que son garantistas de los sagrados Derechos del ser humano y que no se tragan la negligencias de sus investigaciones